¡Abstención vertiginosa! En la región de Umbría, en el corazón de Italia, se acaba de construir un nuevo puente colgante. Más precisamente, se trata de un nuevo puente peatonal, inaugurado a finales de marzo, que se sitúa… a 175 metros sobre el vacío. Los más atrevidos deberían apreciarlo, ya que sería el puente colgante para peatones más alto de Europa, según su página web oficial. El Puente Tibetano de Sellano conecta dos lugares: Sellano, un pequeño y encantador pueblo medieval, situado aproximadamente a una hora en coche de la capital regional, Perugia, y Montesanto, una aldea que se encuentra al otro lado del pequeño lago Vigi, en el valle de Valnerina.
Este “paseo” (todo depende del punto de vista) tiene 517 metros de largo e incluso tiene un desnivel de 68 metros. Se tarda una media de 30 a 45 minutos en cubrirlo. Y para agregar más emociones, el puente tibetano ofrece caminar sobre 1000 tablillas lo suficientemente separadas para que puedas ver el vacío. Suficiente para deleitar a los pocos valientes que quisieran aventurarse allí. Pero antes de lanzarte a conquistar este puente colgante, aún tendrás que reservar plaza y pagar 25 euros. Los candidatos a la travesía, que deben medir al menos 1,20 m de altura, están equipados previamente con arneses para evitar el más mínimo problema de seguridad.
El puente colgante tiene capacidad para 90 personas por franja horaria. Para acceder a él basta con dirigirse a Sellano. Con esta nueva atracción, el alcalde de esta pequeña localidad italiana de la provincia de Perugia pretende revitalizar el turismo en la región, gravemente afectada por los terremotos de 2016, que causaron grandes daños a los pueblos de los alrededores. Actualmente, las reservas están abiertas hasta el 5 de mayo. Pero pronto habrá nuevas plazas disponibles.
La tradición de los puentes tibetanos no es nueva en Italia. Uno de los más conocidos, el Cesana Claviere, a menudo se describe como el puente colgante más largo del mundo. Se encuentra en la frontera franco-italiana, a 20 minutos en coche de Briançon (Altos Alpes), y reabrirá al público en mayo.
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