¿La mejor solución para evitar trenes abarrotados? Esto es motivo de molestia para muchos viajeros. Durante los periodos de mayor afluencia, como en los recientes puentes de mayo, a veces es imposible encontrar un lugar en el TER debido a la gran cantidad de gente. Sólo queda tener paciencia, ya sea quedándonos de pie o tomando el próximo tren. Una situación que algunas regiones quieren ahora evitar a toda costa para sus usuarios del transporte. Después de Normandía hace dos años, el Gran Este también introducirá reservas obligatorias en TER. A partir del 6 de julio, los viajeros deberán reservar su billete en las líneas París-Troyes-Mulhouse y París-Châlons-Estrasburgo, como anunció la SNCF a principios de año. Una medida ahora explicada en su sitio.
Con la compra de una entrada se asignará una plaza de forma gratuita. Los billetes de ida y vuelta que incorporan esta famosa reserva obligatoria están a la venta desde el 10 de abril. A finales de mayo, el sitio «Mi plaza a bordo» estará disponible «para los suscriptores que hayan optado por la domiciliación bancaria», anunció la compañía ferroviaria. “Para el resto de suscriptores, las reservas en My Place on Board se podrán realizar a partir del 20 de junio, previa compra de la suscripción de julio”. Objetivo de esta nueva medida: “ofrecer condiciones de viaje cómodas a los usuarios”, afirma Franck Leroy, presidente del consejo regional del Gran Este, en Le Parisien.
¿Será entonces el fin de la flexibilidad total que permitían los trenes regionales? Para algunos usuarios que utilizan habitualmente estas dos líneas Grand Est, la noticia se recibe con frialdad. “A menudo no saben a qué hora terminan el trabajo. La reserva es, por tanto, una limitación”, alertó a BFMTV Pierre Debano, portavoz de la asociación de usuarios de la línea TER Vallée de la Marne. Para el representante, las personas mayores que no tienen Internet también corren el riesgo de verse perjudicadas. «Es una limitación insoportable, ya que cada vez nos vemos más obligados a utilizar el transporte público», continúa. Y más aún teniendo en cuenta que los billetes son canjeables y reembolsables de forma gratuita hasta el día anterior al viaje, dejando poco margen para imprevistos de última hora.
La SNCF sigue prometiendo que se podrá acceder a una cuarta parte de las plazas sin reservas, según el principio de «primero en llegar, primero en ser atendido». En el Gran Este, como en Normandía, las líneas afectadas por la reserva obligatoria son muy utilizadas por los viajeros ocasionales, ya que aseguran el enlace con París. Estos últimos comparten espacio con usuarios habituales de la línea, que se desplazan entre su lugar de trabajo, en la capital, y su domicilio, en provincias. La reserva obligatoria permitiría entonces adquirir una forma de paz social. Porque muchos pasajeros lamentan en las redes sociales que los trenes TER estén llenos hasta reventar.
¿Qué convencer a otras regiones? Si, por el momento, nadie ha hecho ningún anuncio en este sentido, habría que seguir de cerca lo que sucede en el Gran Este. En Le Parisien, los cargos electos de Altos de Francia, así como de Auvernia-Ródano-Alpes, indicaron que se tomarían el tiempo para observar los efectos de esta medida. También estamos considerando otras soluciones, como aumentar la capacidad ferroviaria con la puesta en servicio de nuevos trenes. Pero los retrasos en la entrega de equipos son, por el momento, un juego de aguafiestas. ¿Qué pasa con los diferentes precios según los niveles de asistencia? Son tantos pensamientos que deberían tardar en hacerse realidad.
Por parte de Alemania y Austria, se llegó a un compromiso al ofrecer reservas opcionales y de pago en trenes de larga distancia, todos accesibles sin reserva. Los viajeros tienen que pagar unos euros más para asegurarse un asiento. Una pequeña pantalla situada encima del asiento indica al resto de usuarios si está reservado. Suficiente para dar ideas.