Superman vive en Brasilia. Pero él mismo podría haberlo ignorado si no hubiera ido un día a São Paulo. Las redes sociales hicieron el resto. En 2022, el abogado brasileño Leonardo Muylaert, de 36 años, estaba visitando la Comic Con de São Paulo, una gran misa dedicada a la cultura del cómic, cuando otro visitante lo filmó con su teléfono. “¿Es Clark Kent el que veo aquí?”, preguntó este último en su vídeo, que rápidamente alcanzó miles de visitas en TikTok.
Leonardo Muylaert ni siquiera tenía cuenta en redes sociales y nunca se imaginó pareciéndose al periodista con gafas capaz de transformarse en Superman. Unas semanas más tarde comprendió que se había convertido en el Superman brasileño, debido a su sorprendente parecido con el estadounidense Christopher Reeve, el actor más famoso que ha interpretado al superhéroe en el cine.
«Fue a la vez loco y divertido ver que tanta gente pensaba que me parecía a Superman», dijo a la AFP. Rápidamente se metió en el juego: encargó online un traje azul con una capa roja y empezó a viajar por Brasil como Superman, teniendo cuidado de quitarse las gafas. Desde una altura de 2,03 m, este coloso sonriente visita hospitales o escuelas, posa para fotos con curiosos en las calles e intenta llevar un mensaje de esperanza. Todo sin pedir un céntimo.
Ya no duda en aparecer en las redes: su perfil titulado “tallclark” (el gran Clark) en Instagram es seguido por más de 115.000 personas. Uno de sus videos fue compartido en la red social X por James Gunn, director de Guardianes de la Galaxia y la próxima película de la saga Superman.
Leonardo Muylaert puede contar con su compañera Helenise Santos, quien administra su agenda, filma sus videos y constantemente tiene que responder a la pregunta: “¿Eres Loïs Lane?” Durante un reciente viaje a Río de Janeiro (sureste), deleitó a los pacientes y al equipo médico del Instituto de Traumatología y Ortopedia (Into), un hospital público. “Su presencia hace sonreír a todos. Esto nos da nueva energía para enfrentar nuestra intensa vida diaria”, dice el coordinador de investigación de Into, Rodrigo Cardoso.
El abogado, que estudió en Estados Unidos con una beca para jugar baloncesto, repartió regalos a niños hospitalizados y posó para decenas de selfies. Pero el futuro del Superman brasileño sigue siendo incierto, debido a obligaciones profesionales muy prosaicas. Cuando no viste su traje azul y rojo, vuelve a su vida de abogado especializado en derecho civil. Su papel de superhéroe “llena un vacío en la rutina de la vida de oficina, que a veces resulta muy solitaria”, admite.
Con traje y corbata en su oficina de la capital, Brasilia, y gafas en la nariz, se parece exactamente a Clark Kent en su lugar de trabajo en la ciudad, la redacción del Daily Planet. “A veces, cuando estamos inmersos en trámites durante horas, olvidamos la importancia de las relaciones humanas (…). Comencé a ayudar a la gente y la respuesta es increíble, por lo que me motiva a continuar”.