Las alas del Moulin Rouge están en el suelo. Durante la noche del miércoles al jueves, las emblemáticas palas del cabaret situado en Pigalle, en el norte de París, cayeron frente al establecimiento, señaló Le Figaro. Las alas rayaron de paso el cartel del lugar, llevándose consigo las tres primeras letras “MOU”.
Las alas se cayeron poco antes de las dos de la madrugada. «A raíz de las condiciones climáticas combinadas con un posible deterioro, las alas del edificio Moulin Rouge cayeron sobre la vía pública», dijo la policía el jueves por la mañana. No se reportaron heridos, pero «dos personas presentes en el lugar en el momento del incidente estaban en estado de shock».
Fabricadas en madera y aluminio, las alas del decano de los cabarets parisinos fueron renovadas hace 20 años para hacerlas más ligeras. Una organización se ocupa «cada mes del mantenimiento de las alas y controla su estado», afirmó a la prensa Jean-Victor Clerico, director general del Moulin Rouge. Por el momento se desconocen los motivos de esta caída. “Sabemos que no se trata de un acto malintencionado”, afirmó el director, que sospecha de un problema técnico.
El único accidente grave ocurrido en el templo mundial del Cancán fue un incendio debido a unas obras en 1915, según el cabaret, que tuvo que cerrar durante nueve años.
El famoso establecimiento, que celebrará su 135 aniversario el 6 de octubre, está situado al pie de la colina de Montmartre y en el corazón del barrio de Pigalle. Sinónimo de las locas noches parisinas con el Lido y los bailarines de cancán, atrae cada día a miles de visitantes de todo el mundo que se hacen fotos delante de su fachada con sus alas animadas.
Su “marca registrada”, el cancán francés, hizo famosa a esta institución con sus revistas de bailarinas en enaguas y froufrou, siguiendo los pasos de La Goulue, la Môme Fromage, Nini Pattes en l’air y Mistinguett. El Moulin Rouge recibe a 600.000 espectadores al año, con dos funciones cada noche, los 365 días del año, y emplea a unos 450 empleados.