Pertenece a una época que los menores de 20 años no pueden conocer. Y, sin embargo, quedan en el oído algunos de los hits de Harry Belafonte, que acaba de morir a los 96 años. Banana Boat Song y Jump in the Line, utilizados en Beetlejuice de Tim Burton. «Señor. Calypso”, como se le apodó, por el nombre de su mejor disco que consagra este género musical marcado por las atmósferas de carnaval a ritmo de dos tiempos, marcó la historia de la música. Por su voz aterciopelada, su sonrisa chispeante, la buena pinta que tiene como los jóvenes líderes de los años 50, orgullosos de sí mismos y de haber puesto el mundo a sus pies.

En un exitoso video en YouTube, se le ve a dúo con Nana Mouskouri en un escenario repleto de ruinas griegas, sus piernas largas, su figura esbelta y su busto atrapado en una camiseta roja con escote abierto. Viste una toga de lamé multicolor. Actúan como dúo Try to Remember. Dos grandes voces unidas. La ternura fluye entre las notas y entre sus dedos entrelazados. Fue en 1979. Tenía 52 años. La canción ilustrará el anuncio del café Carte Noire. Jump in the Line, el destinado a la promoción de los productos cosméticos Axe.

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Harry Belafonte nació en Harlem de padres jamaiquinos el 1 de marzo de 1927 como Harold George Bellanfanti. De 1935 a 1940, su madre volvió a vivir en Jamaica, llevándose allí a su hijo. El niño hermoso está en la edad en que se imprimen las modas musicales. Se deja encantar por los ritmos cálidos, los colores y los timbres jamaicanos que acompañan estos años de escolarización. Lo recordará mucho más tarde cuando componga sus canciones. Pero la indolencia del Caribe no le alcanza. Es un hombre valiente. En 1944, se alistó en la marina y, a su regreso, realizó varios trabajos ocasionales, como repartidor o portero. Tienes que vivir bien.

Un día, por casualidad, recibe dos entradas para Home Is the Hunter, que se representa en el American Negro Theatre. Su vocación se hace evidente. Quiere actuar en las tablas. Se inscribió en un curso, El Taller Dramático de la Escuela de Investigación Social, donde conoció a Marlon Brando, Tony Curtis, Elaine Stritch. A diferencia de Brando, tiene voz. Y comienza como cantante intermitente en un club de jazz de Broadway, el Royal Roost, por donde también pasan Miles Davis, Charlie Parker o Max Roach. A principios de la década de 1950, desde su primer musical, Almanac de John Murray Anderson, ganó un premio Tony. En 1956, su tercer álbum Calypso, sobre ritmos jamaicanos y vendido más de un millón de copias, lo convirtió en una estrella del canto. Es en este álbum donde firma la famosa Banana Boat Song.

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Pero Harry Belafonte no es solo un cantante encantador con hermosas melodías. Es un hombre comprometido. Ya en la década de 1950 se hizo amigo de Martin Luther King, a quien acompañó en la lucha por la igualdad de derechos civiles. Será por su propia admisión la experiencia más significativa y la amistad más preciosa de su vida. En 1987, se convirtió en embajador de buena voluntad de Unicef, luego, en 1990, organizó la reunión de Nelson Mandela de visita en los Estados Unidos, en el Yankee Stadium. Amnistía Internacional coronará su vida de compromiso en 2013. La organización le entregará el Premio Embajador de Conciencia.

Por desconfiado que fuera de los políticos, invitó a John Kennedy a su casa en 1960. En plena campaña presidencial, el senador buscaba apoyo. No muy convencido al principio, el músico confió que Kennedy «sabía muy poco sobre la comunidad negra». Habiendo llegado a ser presidente de los Estados Unidos, este mismo Kennedy lo nombró en 1961 consultor cultural en el Cuerpo de Paz. Es la primera persona en el mundo del espectáculo en ocupar este puesto.

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Pasó un tiempo en África, especialmente en Kenia, e hizo campaña contra el apartheid en Sudáfrica. En 1988, dedicó su último álbum Paradise in Gazankulu a esta causa. Es el principal impulsor de We are the World cantada, en 1985, por 45 artistas estadounidenses recaudando fondos para luchar contra la hambruna en Etiopía. Tras oponerse a la guerra de Irak, en 2006 acusó al presidente George W. Bush de ser un “terrorista”, no mejor, según él, que Osama bin Laden. También toma posiciones controvertidas, enfadándose con los herederos de Martin Luther King que critican en particular su admiración por el venezolano Hugo Chávez, o reprochando en 2012 a la acaudalada pareja negra Jay Z y Beyoncé haber «dado la espalda a las responsabilidades sociales».

También protagonizará una veintena de películas: Bright Road de Gerald Mayer, Odds Against Tomorrow de Robert Wise, Carmen Jones de Otto Preminger… E incluso en 2018 aparecerá en BlacKkKlansman : I infiltrated the Klu Klux Klan de Spike Lee. También actuará como productor, en particular de películas que reflejen sus preocupaciones igualitarias. Se retirará definitivamente de los escenarios en 2003 tras un show de despedida.