“Es una victoria con sabor amargo”, lamenta Vincent Tolédano, abogado del periodista Alexandre Comte. En una sentencia dictada el miércoles, el Tribunal de Apelación de París confirmó la condena del escritor Nicolás Rey, aumentando la indemnización por daño moral a 15.000 euros. Pero la sentencia, que llega casi cuatro años después de la primera sentencia, se dictó principalmente un mes después de la desaparición de Alexandre Comte, fallecido el 2 de marzo a la edad de 40 años. También es una historia tristemente común en el mundo editorial, que ya no cuenta con los escritores fantasmas, el plagio, las falsificaciones y los acuerdos de confidencialidad que echan un modesto velo sobre estas costumbres.
En este caso, la historia comienza hace diez años y felizmente. Alexandre Comte, periodista de Inrocks, se reúne con Nicolas Rey, entonces un autor muy destacado, para una entrevista. La corriente pasa y los dos hombres se hacen amigos. En la primavera de 2017, Nicolas Rey publicó con La Martinière una colección de cuentos en los que Alexandre Comte reconoce cuatro de sus textos. Se llega a un acuerdo entre el editor y el periodista perjudicado, que renuncia así a ser procesado por falsificación. Acuerdo que todos debían guardar “bajo el más absoluto silencio”.
Menos de un año después, Nicolas Rey publicó, esta vez Au Diable Vauvert, una novela en la que “lo confiesa todo”. El antiguo premio Flore ha perdido su esplendor. En estas pocas páginas, como en la televisión o en la radio, cuenta cómo hizo trampa toda su vida: en el bachillerato, al aprobar la licencia, al escribir una colección de cuentos por encargo de su editor… “El único problema es que que soy un escritor que ya no puede escribir. Ya ni una sola línea. Nada.» Alexandre Comte se reconoce y amenaza con ser procesado por difamación e invasión de la intimidad. Pocos días después de la liberación, se concluyó un nuevo acuerdo, aún confidencial, en el que el periodista abandonó cualquier idea de procesamiento por difamación e invasión de la privacidad, al tiempo que exigió perfecta discreción de los dos hombres sobre su historia y lo que pudo haber sucedido. a ellos oponerse. Pero si Alexandre Comte todavía dudaba de que fuera un plagiador ridículo y lo mantenía en silencio, Nicolas Rey cuenta por radio la falsificación, la disputa, los arreglos pasados. Una historia banalmente sórdida que se convirtió en material de novela. Mejor aún, el discurso perfecto para su promoción.
Demandado por Alexandre Comte por la rescisión del memorando de entendimiento, el tribunal judicial de París falló a favor del periodista, en julio de 2020, concediendo al demandante 10.000 euros en concepto de indemnización por daño moral. Nicolás Rey apeló esta sentencia. “Alexandre Comte espera desde esta fecha que finalmente se le haga justicia”, testifica hoy Vincent Tolédano, su abogado. Lamentablemente, no se beneficiará de esta tardía victoria, ya que el tribunal de apelación tardó cuatro años en confirmar la condena del amigo que lo había traicionado: murió el 2 de marzo, a la edad de 40 años, mientras dormía. »