Para una marca de moda (o de joyería), aparecer en la portada de Vogue es como recibir un Oscar para una actriz o el Premio Goncourt para un escritor: ¡una consagración! Aunque están acostumbradas a ver sus joyas en las orejas o en el cuello de estrellas muy destacadas como Emma Stone o Anne Hathaway, Rosanna y Christie Wollenberg, las dos hermanas fundadoras de la marca Otiumberg, saltaron de alegría al descubrir el último mes, dos de las tres portadas de la edición británica de Vogue dedicadas a la sostenibilidad. En la primera, Amber Valletta viste una gabardina de Burberry, una camisa de Issey Miyake y un par de aros de Otiumberg. Mientras que en el segundo, Emma Watson, de perfil, luce un top de Maison Margiela y un pijama Otiumberg. “Es enorme para nosotras”, admitieron las dos hermanas durante su visita a París el pasado mes de enero mientras cosían. Un momento importante y gratificante para nuestra marca que intentamos cada día crecer de forma responsable. »

Los dos treintañeros son muy seguidos por la prensa anglosajona. El Times, entre otros, calificó el verano pasado sus aretes de aro como “los mejores de la temporada”. Desde 2016, estos londinenses que trabajan en el sector del lujo -en Louis Vuitton y Burberry en Dubái, por un lado, en Nueva York, en una agencia de estrategia de marca, por el otro- han desplegado con éxito sus colecciones de “medias joyas finas”, un inglés expresión propia que, en francés, sitúa sus joyas entre la fantasía y la alta joyería. En otras palabras, valioso pero asequible. “Lo que realmente no pudimos encontrar antes y que nos animó a crear nuestra marca”, explican. Esto ofrece joyas de tendencia, aros y maxicadenas, colgantes con iniciales para personalizar y anillos ultrafinos engastados con microdiamantes para acumular, en oro vermeil o de 9 quilates, fabricados en India y Tailandia, a un precio razonable. 60).

La empresa independiente cuenta ahora con ocho empleados, todas mujeres, y se desarrolla a su propio ritmo sin limitarse al de las temporadas de moda. La inclusión se impuso naturalmente, en la comunicación pero también en las ventas “con mujeres de todas las edades comprando” sus joyas. Muchos compran en su sitio, que hoy representa el 70% de la facturación. A Otiumberg también le va muy bien en Japón y Australia y sus fundadores esperan abrir su primera tienda en Londres en primavera. Curiosamente poco distribuida en Francia, a excepción de un punto de venta en París, The Frankie Shop, podemos apostar que la marca no pasará desapercibida por mucho tiempo.