Las piscinas de los hoteles de Lloret de Mar estarán abiertas este verano. Y, mejor dicho, estarán llenos de agua. En cualquier otro año, la información sería obvia. El 97% de los hoteles están equipados con piscina en esta localidad de la costa catalana, el segundo destino más visitado de la región después de Barcelona. A falta de la Sagrada Familia, de un partido en el Camp Nou o de un paseo por la Rambla, poder darse un chapuzón sin salir del hotel representa, para los profesionales y visitantes de Lloret, un servicio básico, casi tan imprescindible como el desayuno y el almuerzo. o ropa de cama. Y, sin embargo, abrir cuencas pequeñas o grandes en Cataluña es un reto hoy en día. Porque la región ha declarado el estado de emergencia por sequía y ha prohibido a sus hoteles llenar, e incluso rellenar, los niveles de sus piscinas con agua del grifo.
No importa, los hoteles de Lloret gastarán 1,5 millones de euros para comprar una máquina desalinizadora y permitir a sus huéspedes bañarse en agua de mar descalcificada. Y otras estaciones de la comunidad autónoma se plantean hacer lo propio. Enric Dotras es el presidente del Gremi d’hostaleria de Lloret de Mar, la asociación profesional que ha decidido coger el toro por los cuernos para garantizar a los clientes que podrán practicar el crol este verano.
«Cuando el gobierno regional anunció las medidas el pasado enero, nos encontramos en un desastre», dice a Le Figaro. Teníamos que tomar una decisión lo más rápido posible y hacer todo lo posible para evitar que los clientes se alejaran de nuestra ciudad y que nuestra imagen se degradara”. Los hoteleros imaginan primero llenar sus piscinas directamente con agua de mar. Esta es una opción que la región permite. “Pero los técnicos nos dijeron que era muy complicado, que habría que adaptar las bombas, los filtros, los componentes de acero inoxidable, los sistemas de evacuación de agua… Sin olvidar que si todos los hoteles de Lloret están funcionando, no habrá suficiente equipo para servir a todos esta temporada.
Los hoteleros pasan entonces al plan B. Si es demasiado complicado adaptar las piscinas al agua del mar, es el agua del mar la que tendrá que adaptarse a las piscinas. La máquina desaladora trata el agua, y ésta será transportada en camiones cisterna hasta el embalse de cada hotel. Los profesionales también optan por saltar sin red: compran la instalación en lugar de alquilarla y optan por un modelo capaz de tratar 50 metros cúbicos por hora mientras que las necesidades de sus piscinas quedarían cubiertas con 10 metros cúbicos. «Queremos ser dueños de la máquina y tener una ventaja competitiva sobre otros destinos», explica Dotras. Porque no hay garantía de que los fabricantes de dispositivos y las empresas de alquiler puedan hacer frente a un aumento repentino de la demanda vinculado a las restricciones de la región.
“Invertir en una central eléctrica de 50 m3 nos permitirá posteriormente, si la administración lo autoriza, abastecer nuestros baños”, añade el hotelero. Y pesar aún menos en el consumo de la ciudad y de sus habitantes. La entrega de la máquina está prevista para finales de mayo o principios de junio. Pero las piscinas ya están abiertas en Lloret: a la espera del agua desalinizada, los hoteles han filtrado y reciclado el agua del verano pasado, complementada con algunas raras lluvias.
El Ayuntamiento se encarga de los trámites administrativos, mientras que el coste financiero lo cubren íntegramente los agentes privados del sector. Hoteles, campings y apartamentos turísticos, por supuesto, que tienen 150 piscinas que llenar, pero también profesionales de actividades afines, restaurantes o discotecas, que entienden que ellos también lo perderían todo o casi todo si los hoteles cerraran sus piscinas. “La urgencia era enviar una llamada de calma a los touroperadores y a nuestros clientes directos: “Reserva tus vacaciones con nosotros, podrás bañarte tranquilo”, indica el representante de los hoteleros, que recuerda que el 25% de las pernoctaciones de Lloret son ocupado por clientes franceses.
Lloret es el destino donde más avanzado está el proyecto de desestalinización, pero está lejos de ser el único interesado. En Barcelona, la organización profesional local tiene previsto alquilar una máquina que abastecería las entre 150 y 180 piscinas de los 460 hoteles de la capital catalana. “Es una contrarreloj”, admitió el director general de la asociación al diario El País. En Lloret la carrera parece ganada y el sector espera con serenidad el verano. “Nuestro índice de reservas nos hace predecir cifras mejores que antes del Covid”, predice Dotras.