El espectáculo es en el Théâtre de Paris. Una joven nada en medio del público. Uno de sus compañeros, con un gorro de baño en la cabeza, busca su ropa interior. Un gerente camina con dificultad entre una hilera de sillas ocupadas, con un cartel en los brazos. Su jefe lo reprende. Ambiente de campamento de verano. Todos están doblados.

Los fanáticos se reunirán en el escenario para interpretar Spamalot, el espectáculo musical montado, o mejor dicho desmantelado, por Pierre-François Martin-Laval, conocido como “Pef”. “Lovingly” extraída de la película Monty Python: Holy Grail!, de Terry Gilliam y Terry Jones (1975). Se convirtió en musical en Broadway en 2005 (tres premios Tony).

Diez años después de su éxito en Bobino, apoyado entre otros por Stage Entertainment (El Rey León, Chicago), el ex miembro de Robin Hood retoma su adaptación en francés, añadiendo – si fuera posible – una gran pizca de locura. El Rey Arturo (Pef) entra al set con su fiel amiga Patsy (el innarrable Simon Catrice esa noche), quien transcribe el sonido de los cascos de sus caballos con cocos. El monarca está buscando caballeros de la Mesa “baja”, no, “redonda”, corrige, en toda Gran Bretaña. Y no en Bretaña (al principio nos invitan a una fiesta).

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El Rey Arturo es de su época y se siente cómodo con los influencers de “Instagraal”. Invita a los mendigos a cruzar la calle para buscar trabajo. Dios – la voz caricaturizada de Omar Sy – le sugiere en cambio que encuentre el Grial. La Dama del Lago (la impetuosa Lauren Van Kempen) le ayudará. Después de un viaje a Camelot, Arthur y sus compañeros se enfrentarán a un Caballero Negro, caballeros encaramados que dicen “¡ Ni! » ¡Y un simpático conejito blanco asesino! El delirio reina con muchos sketches, chistes y juegos de palabras escolares. Como en un parque infantil, los actores cantantes se divierten tanto como los espectadores.

La “Historiadora” que parece documentalista (Véronique Hatat) corrige sus errores como una maestra de escuela. El autor del libreto y las canciones, Eric Idle, uno de los miembros de Monty Python, coescribió la música con John Du Prez. Atendidos por un elenco que no teme el ridículo, recrean con deleite las aventuras de la pandilla. A ambos lados del escenario, la orquesta toca en vivo, con una sonrisa en los rostros.

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Los niños a partir de 7 años estarán encantados, asegura Pierre-François Martin-Laval, que puede citar las palabras del tráiler del largometraje: “Si no tienes pretensiones intelectuales y te gusta divertirte, no arriesgas nada yendo a ver Monty Python y el Santo Grial. » Pef sueña con que este sea el musical del que todo el mundo habla. Se desconoce si este será el caso. Por otro lado, es en el que más nos reímos.

“Spamalot”, Théâtre de Paris (9), hasta el 27 de enero de 2024. Loc. : 01 86 47 72 49 o www.theatredeparis.com