Se llama llevar a todos por el camino equivocado. EDF acaba de instituir una moratoria en su contratación, según Les Échos. Este año, el grupo tenía previsto reclutar entre 3.000 y 3.500 personas. Sin embargo, Christophe Caval, director de recursos humanos de EDF, explicó que todas las contrataciones ahora están congeladas, en un correo electrónico dirigido a los distintos directores de recursos humanos de las entidades del grupo, a fines de la semana pasada. La decisión es cuanto menos sorprendente, mientras que la empresa debe, por el contrario, acelerar en la energía nuclear, pero también en las energías renovables.
El anuncio se produce cuando Luc Rémont, quien llegó a la cabeza de EDF en noviembre, debe presentar su plan estratégico en junio. Pero el nuevo jefe ya ha fijado cuatro prioridades principales, una de las cuales se refiere al tiempo de trabajo directamente concentrado en el desempeño de las tareas de cada persona (conocido como “tiempo de metal” en la jerga de los CEO). Esta congelación de las contrataciones debería permitir determinar mejor “aquellos que necesitan las diferentes direcciones”, deslizamos en EDF. Un medio de apoyo al discurso de Luc Rémont, centrado en la búsqueda del rendimiento operativo.
Además, las huelgas vinculadas a la protesta contra la reforma de las pensiones ya le han costado a EDF 1.000 millones de euros, según Reuters. La agencia localiza fuentes sindicales sobre este tema. Los movimientos sociales también incidirían en el calendario de mantenimiento y reparación del parque nuclear de la energética. Podrían inducir un retraso de 18 a 24 meses en los programas de mantenimiento, retrasando el aumento de la producción de electricidad nuclear por parte de EDF. Esto mientras el gobierno ha pedido expresamente al grupo que eleve esta producción en un tercio, tras el mínimo de 2022 provocado por la corrosión bajo tensión.