El promotor chino con una deuda astronómica Evergrande confirmó el martes 3 de octubre la reanudación de su cotización en la Bolsa de Hong Kong, donde la cotización de la acción estaba suspendida desde el jueves. El grupo tomó esta decisión un día después de que la prensa informara que el director de la empresa, Xu Jiayin, estaba bajo arresto domiciliario. Las acciones de Evergrande perdieron entonces un 19%.

La acción ganó casi un 10% el martes en los primeros minutos de su regreso a la Bolsa de Hong Kong, antes de saltar casi un 35% alrededor de las 10 a.m. (02:00 GMT). Sin embargo, el comercio fue muy volátil. Esta reanudación de la cotización se produce en medio de un día festivo en China con motivo del Día Nacional (1 de octubre), período generalmente propicio para las compras de bienes inmuebles.

La supuesta puesta bajo arresto domiciliario del jefe de Evergrande oscurece aún más el horizonte del grupo, tras varias decepciones en los últimos días. Una filial de Evergrande anunció el pasado lunes que no podía pagar los intereses de un préstamo, aumentando la presión sobre el grupo antes de una reunión con sus acreedores prevista para finales de octubre en Hong Kong. El mismo día, Evergrande canceló sin previo aviso una reunión sobre la reestructuración de su deuda, para gran consternación de sus arrendadores y acentuando la vaguedad en torno a su futuro. Si esta reestructuración fracasa, el colapso de Evergrande podría tener graves consecuencias, ya que el grupo tiene decenas de miles de empleados y cientos de proyectos inmobiliarios sin terminar.

El sector inmobiliario en China ha experimentado un enorme crecimiento en las últimas décadas, en un país donde la compra de una propiedad incluso antes de su construcción permitía financiar otros proyectos. Pero la deuda de los grupos ha alcanzado niveles tales que las autoridades han decidido ponerle fin a partir de 2020. Desde entonces, el acceso al crédito se ha reducido considerablemente para estos grupos, algunos de los cuales ahora luchan por terminar las obras, lo que alimenta una crisis de confianza con los potenciales compradores que está arrastrando a la baja los precios.

Evergrande, cuyo descenso a los infiernos suele ser noticia, tenía a finales de junio un balance colosal estimado en 328 mil millones de dólares (307 mil millones de euros). Los reveses del grupo, antiguo número uno del sector inmobiliario en China, han alimentado la desconfianza desde hace dos años en un sector que ha sido durante mucho tiempo muy lucrativo pero que ahora es rechazado, en un contexto de desaceleración económica y viviendas sin terminar. En los últimos meses, esta crisis de confianza se ha apoderado de grupos que antes se consideraban financieramente sólidos, como Country Garden, uno de los competidores de Evergrande.