Estreno mundial en el Salón Aeronáutico de París. Para resaltar la revolución anunciada en la movilidad aérea urbana, la feria acoge, en un espacio llamado Paris Air Mobility, la mayor exposición de taxis voladores del mundo. Son siete y se encuentran «entre los proyectos más exitosos del mundo», destaca Patrick Daher, comisario general de la muestra.

El espacio expositivo también alberga Paris Aéroport y Sita, que presentan las tecnologías e infraestructuras dedicadas a su desarrollo, desde vertipuertos hasta software embarcado. Los visitantes pueden admirar estos aparatos, también llamados VTOL o eVTOL, con propulsión híbrida o eléctrica, pilotados o autónomos, con despegue y aterrizaje vertical. El Atea de la start-up francesa Ascendance Flight Technologies, las máquinas de las start-ups alemanas Lilium, AutoFlight y Volocopter, de las estadounidenses Archer Aviation y Joby Aviation, de la brasileña Eve Air Mobility (filial de Embraer) y de la china EHang. Airbus, cuya filial de helicópteros está desarrollando el CityAirbus, ofrece una experiencia inmersiva de viaje en taxi volador. Y el fabricante de motores Rolls-Royce se centrará en la propulsión eléctrica.

Por otro lado, destaca el taxi volador desarrollado por la start-up Wisk Aero, del que Boeing acaba de hacerse con el 100% del capital, al comprar las acciones de Kitty Hawk, la empresa de Larry Page, fundador de Google. Wisk, que también es el nombre de la máquina, «exhibe en otro espacio, socio de Paris Air Mobility», precisan los organizadores de la feria.

Es Volocopter el que ostenta la estrella, siendo el único fabricante que realiza demostraciones de vuelo de su Volocity. Este último debe ser el primer avión de este tipo en ser certificado, en 2024, por la Agencia Europea de Seguridad Aérea (Easa). Una primicia mundial vinculada a la ambición de París de convertirse en la primera ciudad del mundo en ofrecer este nuevo modo de transporte, como parte de los Juegos Olímpicos de 2024.

En noviembre de 2022, el Volocity realizó un vuelo de demostración de diez minutos, después de despegar del vertipuerto de Pontoise, en las afueras de París. Desde entonces, el dispositivo biplaza ha continuado su campaña de pruebas. Volocopter planea abrir tres líneas parisinas: Roissy-Le Bourget, Le Bourget-Austerlitz e Issy-les-Moulineaux-Saint-Cyr-l’École, en 2025.

Los taxis voladores tienen su lugar en Le Bourget porque los proyectos están llegando a una cierta madurez. «Hace unos meses, se alcanzó un hito: pasamos de conceptos y modelos a prototipos y vuelos de prueba», dice Jean-Baptiste Nau, gerente senior de proyectos de Archery Strategy Consulting.

Desde mediados de la década de 2000, el concepto fue estudiado por la NASA, las agencias de seguridad aérea estadounidense (FAA) y europea, pero también por Airbus y Boeing y por empresas emergentes. ¿Su objetivo? Revolucionar la movilidad aérea, ofreciendo una alternativa flexible, ecológica y silenciosa a los coches atascados en los atascos de las grandes ciudades.

El taxi volador amarillo de Bruce Willis, alias Korben Dallas, en El quinto elemento, la película de Luc Besson estrenada en 1997, había golpeado los ánimos, con estas escenas de persecución sobre megalópolis futuristas. Sin embargo, el transporte intraurbano, con aviones que recogen a sus clientes bajo demanda, aterrizan y despegan por todas partes, sobrevuelan las ciudades, sigue siendo ciencia ficción.

El primer mercado objetivo es el de los servicios de transporte entre las principales ciudades y aeropuertos. Esto, con conexiones regulares en horarios y rutas fijas, con aeronaves volando en corredores aéreos y en altitudes dedicadas. Las aerolíneas ven en los taxis voladores una forma de ofrecer nuevos servicios a sus pasajeros. United Airlines tiene previsto abrir, en 2025, un enlace entre el aeropuerto y un vertipuerto en Chicago, con Midnight Archers, del que ha encargado 200 ejemplares. American Airlines aseguró, en julio de 2022, un pedido anticipado de 50 VA-X4 (de 250 en total), el eVTOL diseñado por Vertical Aerospace. En marzo de 2023, NetJets, líder en aviación comercial de propiedad fraccionada, firmó un acuerdo de compra de 150 unidades del Lilium Jet. Otro mercado al que apuntan ciertos jugadores, como Ascendance Flight Technologies, es la descompartimentación de territorios mal atendidos por tren o avión. “Atea, que tiene un alcance de 400 km, ofrecerá servicios interregionales flexibles entre ciudades que no cuentan con líneas ferroviarias o aéreas. Este es un problema en Francia, en Europa y en muchas regiones del mundo”, especifica Jean-Christophe Lambert, CEO de la start-up francesa.

Leer tambiénEN VIVO – Siga el primer día del Salón Aeronáutico de París 2023

Unos 170 programas de taxis voladores se encuentran en etapas de prototipo y prueba en todo el mundo. No todos estarán certificados. Obtener esa luz verde es un proceso largo y complejo. «El nivel de seguridad requerido, con mucha automatización y redundancia, será muy alto, especialmente para los aviones destinados a sobrevolar ciudades», subraya Jean-Baptiste Nau.

La start-up estadounidense Joby ya ha realizado mil vuelos de prueba. Y aprobó, en febrero pasado, “el segundo de los cinco pasos requeridos por la FAA (como parte de una regulación adoptada en 2022, nota del editor) para certificar sus aeronaves”. Wisk también está muy avanzado, ya que desarrolló cinco prototipos desde 2011 y completó 1600 vuelos de prueba. “El Wisk de sexta generación, con propulsión eléctrica, autónomo (sin piloto a bordo, nota del editor) y cuatro asientos, es el producto que será objeto de certificación”, especifica Sébastien Vigneron, ingeniero jefe del programa.