¿A dónde irán a parar los miles de millones de Agirc Arrco? Las negociaciones entre sindicatos y empresarios sobre las pensiones complementarias privadas finalizarán el miércoles por la tarde, con la esperanza de un aumento significativo de las pensiones, aunque frustradas por el ejecutivo que quiere vaciar el sistema. Esta ronda final, que comienza a las 15.00 horas, «promete ser difícil» y «debería continuar hasta tarde», advirtió el negociador de FO, Michel Beaugas.

El acuerdo debería contener las dos “prioridades” de los sindicatos: la eliminación, al menos para los jubilados afectados por la reforma de las pensiones, del “bonus/malus” -el descuento temporal del 10% aplicado desde 2019 a muchas pensiones complementarias- y una revalorización de las pensiones indexadas a la inflación (o cercanas a ella) este año. “La discusión será dura” para los años 2024-2026 –el acuerdo abarcará el período 2023-2026–, advierte Yvan Ricordeau (CFDT).

Gestionada por los interlocutores sociales, Agirc-Arrco paga cada año más de 87 mil millones de euros a 13 millones de jubilados. Esta parte adicional representa entre el 20% de la pensión total para los empleados precarios y el 60% para determinados directivos. El último acuerdo marco de cuatro años, firmado en 2019, está llegando a su fin. Tres organizaciones empresariales (Medef, CPME, U2P) y cinco sindicatos representativos (CFDT-CGT-FO-CFTC-CFE CGC) deben ponerse de acuerdo absolutamente sobre las normas aplicables el 1 de noviembre. Después de varios acuerdos que exigieron esfuerzos a los jubilados, las arcas de Agirc-Arrco están llenas: 68 mil millones de euros en reservas, o casi diez meses de anticipos (su regla de oro exige mantener el equivalente a seis meses, en un horizonte de 15 años). . La reforma de las pensiones debería aportar 22.000 millones adicionales en 15 años.

Los sindicatos exigen un aumento de las pensiones complementarias de entre el 5% y el 5,2% el 1 de noviembre – equivalente al anunciado para el sistema general – luego indexado cada año a la inflación. Sin dar cifras, la representante del Medef, Diane Milleron-Deperrois, quiso “disociar” el año 2023 del período 2024-2026. “La inflación es un tema nuevo”, señaló, pero es necesario “encontrar posibles subindexaciones, para lograr un equilibrio económico”.

Otro tema de discusión, la pena. Establecido en 2019, tenía como objetivo animar a los empleados a trabajar un año más (en aquel momento hasta los 63 años) aunque hubieran cumplido todas las condiciones legales para marcharse. De lo contrario, vieron reducida su pensión en un 10% durante tres años. Se concedía un “bono” por dos a cuatro años de trabajo adicional. Varios sindicatos piden «parar la sanción» a las 700.000 personas que ya han salido con la reducción, opción rechazada por la patronal. La medida costaría entre 7.300 y 8.200 millones de euros en 15 años, dependiendo del número de beneficiarios.

Los interlocutores sociales deben, sobre todo, encontrar una solución a las amenazas del ejecutivo, que exige al régimen entre 1.000 y 3.000 millones de euros anuales -hasta 2030, tras un aumento gradual- para ayudar a financiar el aumento de las «pequeñas pensiones» previstas por su reforma. De lo contrario, pretende ayudarse a sí mismo con las cajas. Ante los excedentes, «consideramos normal que se recupere el equilibrio en el sistema general de pensiones», afirmó el ministro de Trabajo, Olivier Dussopt, ante la asociación de periodistas de información social (Ajis). El actual proyecto de ley de financiación de la seguridad social (PLFSS) “puede permitirnos avanzar”, afirmó.

«No se trata de que Agirc-Arrco (…) se convierta en una variable de ajuste de los regímenes gestionados por el Estado», respondió a Les Échos el presidente del Medef Patrick Martin, preocupado por este «intervencionismo». «El Estado quisiera hacerse cargo de la gestión de Agirc-Arrco como ya lo hizo en parte con Unédic», pero «necesitamos libertad para los organismos intermediarios», añadió. «Tenemos la intención de negociar de forma independiente».

Los sindicatos y los empresarios están «considerando medidas de solidaridad interna» para las pensiones pequeñas, de entre 350 y 400 millones de euros al año, resumió Christelle Thieffinne (CFE-CGC). Pero si el gobierno “roba” mil millones, advirtió Pascale Coton (CFTC), “pondrá en peligro al régimen”.