Les rockeurs du groupe russo-bélarusse Bi-2, célèbres en Russie pour leur opposition à l’invasion de l’Ukraine, sont remontés sur scène à Varsovie samedi soir, toujours combatifs avoir été détenus en janvier en Thaïlande et menacés d’expulsion vers Rusia.

Formado en la década de 1980 en Bielorrusia, entonces parte de la Unión Soviética, el grupo abandonó Rusia en protesta contra la ofensiva de Ucrania y desde entonces ha actuado en países con grandes comunidades de habla rusa. “Nos hemos convertido en rehenes de la historia rusa”, explicó el cantante Egor Bortnik, de 51 años, cofundador del grupo, antes de un concierto en la capital polaca.

Conocido por su nombre artístico “Lyova”, afirmó no estar “en contra de la guerra”: “al contrario, estoy a favor de la guerra. Sólo quiero que Ucrania libere su propio territorio”. «El presidente ruso Vladimir Putin debe reunir a sus orcos y abandonar Ucrania», añadió, repitiendo un término despectivo utilizado frecuentemente por los ucranianos para referirse a los soldados rusos.

Los miembros de la banda tocaron previamente el jueves en Vilnius, Lituania, donde se reunieron con la líder de la oposición bielorrusa Svetlana Tikhanovskaya, que vive exiliada allí, y con partidarios de Alexei Navalny, el opositor ruso que murió el mes pasado en una prisión del Ártico.

El grupo fue arrestado en enero en Phuket, Tailandia, por un problema con una visa de trabajo, según las autoridades tailandesas, que luego plantearon la posibilidad de deportación a Rusia. El asunto había despertado preocupación y movilización entre los opositores rusos que viven en el extranjero.

Los organizadores de su gira afirmaron que al grupo se les habían concedido visados ​​de turista por error, acusando a las autoridades rusas de querer cancelar sus conciertos. Después de una semana de detención, el grupo, que incluye a siete miembros, algunos de los cuales tienen nacionalidad israelí y australiana además de la ciudadanía rusa, fue liberado y luego llegó a Israel.