Enviado especial a Saint-Malo

El viento sopla con fuerza en Saint-Malo por el paso de la borrasca, rebautizada como Patricia, este miércoles 2 de agosto. En esta localidad bretona de Ille-et-Vilaine se registraron rachas de entre 90 y 100 km/h, informa La Chaîne Météo*. La marea alta, asociada a un alto coeficiente de 98 (amplitud de marea), generó fuerte oleaje en la costa.

A pesar de la prohibición del ayuntamiento y la policía, una gran cantidad de turistas y vecinos acudieron al final de la jornada para observar este espectáculo de la naturaleza. Bajo un cielo gris, los gritos y las risitas se escuchaban en la boca de los niños, como de adultos, apenas las olas golpeaban con violencia los diques de piedra. En un ambiente jovial, todos jugaban a sortear los oleajes para no mojarse. Como en un parque de diversiones, los niños muy juguetones pedían más una y otra vez. Sus padres se apresuraron a inmortalizar el momento usando sus teléfonos inteligentes.

Para garantizar la seguridad, los coches de policía hicieron rondas e intentaron, sin éxito, evacuar la zona. Un gran sistema, anunciado en una nota de prensa por el ayuntamiento unas horas antes, se había puesto en marcha para advertir de los peligros de la tormenta y el oleaje-inmersión. El departamento de Saint-Malo, junto con otros once, había sido puesto en alerta naranja por fuertes vientos por La Chaîne Météo.

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A partir de las 18.00 horas, por orden de un decreto municipal, los agentes de policía evacuaron y cerraron el acceso al paseo pavimentado de la Grande Plage du Sillon. Acordonaron el perímetro con franjas de seguridad, bajo la mirada decepcionada de los turistas que habían venido a admirar las olas. Un surfista, tabla en mano y a punto de tirarse al agua, fue llamado rápidamente por la policía. Pero otros entusiastas de los deportes extremos ya estaban en medio de las olas. “No podemos impedir a todos, desliza una mujer policía en el lugar. Al menos están advertidos del peligro.

El borde del Canal de la Mancha permanecerá cerrado a peatones, ciclistas y automovilistas hasta las 23:00 horas por riesgo de oleaje-inmersión. También se esperan rachas de viento de 100 km/h, indica el consistorio. Parques y jardines así como cementerios también permanecieron cerrados durante la jornada de este miércoles, desde las 13.30 horas hasta el final del “episodio meteorológico”, especifica el consistorio que “desaconseja cualquier salida al mar”.

Los lugareños también se han preparado para las olas violentas que se avecinan. Comerciantes y vecinos se atrincheraron con tablones de madera atornillados a las paredes para evitar que se filtrara el agua. El ayuntamiento también ha colocado sabiamente sacos de arena para limitar la extensión del agua.

Saint-Malo, donde aún no se han declarado daños, se salvó de la tormenta Patricia, a diferencia de otras ciudades de la costa atlántica y del Canal. Al final de la tarde del miércoles se habían registrado fuertes rachas de viento en la punta de Chemoulin cerca de Saint-Nazaire (109 km/h), en Carteret (107 km/h) y Fécamp (96 km/h). Las olas también se desataron en el arco atlántico, y en particular en Le Havre.

Estas condiciones meteorológicas excepcionales provocaron la muerte de un bañista en Ouessant (Finisterre), este miércoles, supo Le Figaro, confirmando información de nuestros compañeros de Télégramme. Sus dos hijos, presentes durante el nado, fueron rescatados. En Charente-Maritime, un niño de 10 años se encuentra actualmente entre la vida y la muerte después de ser aplastado por un árbol, informa France Bleu. Estaba jugando en el jardín cuando ocurrió la tragedia.

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Esta depresión, procedente de las Islas Británicas, se alejará en el Mar del Norte durante la noche del miércoles al jueves y los vientos disminuirán de intensidad. No obstante, seguirán rompiendo fuertes olas en las costas antes de una mejora paulatina durante la jornada del jueves.

*The Weather Channel es propiedad del grupo Figaro.