Los trabajadores de la construcción han convertido el Hospital del Niño en Ciudad de Panamá en un escenario de violencia y caos. El presidente José Raúl Mulino ha condenado enérgicamente este uso indebido de una obra pública, destinada a cuidar a los niños. En un intento por protestar por las reformas de la Caja de Seguro Social, los trabajadores del Sindicato Único de Trabajadores de la Construcción y Similares (Suntracs) han llevado la confrontación a un nivel peligroso en la avenida Balboa.
Desde tempranas horas del miércoles 12 de febrero, la capital panameña se ha visto envuelta en una serie de protestas y cierres que han interrumpido la rutina diaria de la ciudad. Sin embargo, la situación se tornó violenta en la avenida Balboa, donde se enfrentaron los trabajadores de la construcción y los agentes de control de multitudes. Los trabajadores, en un intento por llamar la atención sobre sus demandas, utilizaron el nuevo edificio del Hospital del Niño como una base de operaciones, lanzando objetos y materiales contra la fuerza policial.
El presidente Mulino ha expresado su indignación ante esta situación, instando a la empresa ACCIONA a retomar las labores de construcción en el hospital y denunciando la acción de los trabajadores como un acto de terrorismo sindical. En sus declaraciones, ha dejado en claro que la violencia y el caos no tienen cabida en una obra destinada a servir a los niños de Panamá y ha pedido que se aplique todo el peso de la ley a los responsables de estos actos.
El director de la Policía Nacional, Jaime Fernández, ha confirmado que al menos nueve agentes resultaron heridos durante los enfrentamientos en la avenida Balboa, dos de ellos de gravedad. Incluso un agente recibió un impacto de un objeto contundente lanzado desde el edificio del Hospital del Niño, lo que pone de manifiesto la peligrosidad de la situación. Las autoridades del hospital han informado que debido a estos disturbios, los pacientes no pudieron acudir a sus citas programadas y estas tendrán que ser reprogramadas.
En medio de esta controversia, la sociedad panameña se encuentra dividida entre apoyar las demandas de los trabajadores de la construcción y condenar la violencia desatada en las calles de la ciudad. Mientras se espera que se restablezca la calma y se encuentre una solución pacífica a este conflicto laboral, es fundamental recordar que la seguridad y el bienestar de todos los ciudadanos deben ser prioridad en cualquier situación.
La utilización del Hospital del Niño como escenario de las protestas laborales ha generado un debate sobre los límites de la protesta y la responsabilidad de los manifestantes. Es crucial encontrar un equilibrio entre la defensa de los derechos laborales y el respeto por las instituciones y los espacios públicos. En momentos como este, es cuando la sociedad panameña debe demostrar su capacidad de diálogo y negociación para resolver conflictos de manera pacífica y constructiva.