Es una de esas maravillas naturales como ninguna otra en el planeta. Las Cataratas Horizontales, o “cascadas horizontales” en francés simple, constituyen una combinación única de geología única y poderosas corrientes de marea. Ubicadas en Talbot Bay, Australia, estas cascadas aparecen cuando las olas chocan entre las dos estrechas gargantas del acantilado, creando oleaje que puede alcanzar varios metros. Un espectáculo que muchos turistas quieren presenciar cuando van a la región de Kimberley. Mucha gente quiere cruzar esta brecha a bordo de barcos especialmente alquilados. Y esto, para gran consternación de las poblaciones indígenas que ven estas cascadas como un lugar sagrado.

Los accidentes no son raros. En mayo de 2022, un barco chocó contra las rocas e hirió a una veintena de pasajeros, lo que desencadenó una enorme operación de rescate. Tantos problemas que han decidido a las autoridades de Australia Occidental, donde se encuentran las Cataratas Horizontales, a limitar su acceso. A partir de marzo de 2028, los barcos ya no podrán cruzar la famosa brecha. Sin embargo, aún podrán navegar por Talbot Bay. Hasta entonces, el gobierno estatal australiano organizará gradualmente la prohibición y asegura que quiere trabajar con los propietarios de embarcaciones para desarrollar “nuevas experiencias turísticas” que pongan de relieve el lugar.

La noticia fue recibida de manera muy variada. El Consejo de Turismo de Australia Occidental, que representa entre otros a los operadores turísticos y a otras empresas del sector, denuncia una medida que disuadiría a los visitantes de venir y podría provocar en el futuro pérdidas de empleos. Por parte de las poblaciones indígenas, en particular el pueblo de Dambimangari, que habita la región desde hace 56.000 años, la medida fue recibida con alivio. Porque el lugar, llamado Garaan-ngaddim, tiene una importancia simbólica.

Ubicada a 1900 km de Perth, Horizontal Falls se encuentra dentro de Maiyalam, uno de los tres parques marinos protegidos creados en 2022 y cogestionados por el pueblo de Dambimangari y el gobierno de Australia Occidental. Esta medida se produce también en un contexto particular, marcado por numerosas críticas al Estado australiano, que duda desde hace mucho tiempo en comprometerse con la preservación de los sitios indígenas.