El Tribunal administrativo (TA) de Estrasburgo anuló el decreto prefectural que autorizaba en 2020 la actividad del centro de primatología de la universidad de la ciudad, ante la mira de varias asociaciones animalistas, según una decisión consultada el miércoles por la AFP. Silabe alberga «una media de 800 animales de nueve especies diferentes» con la misión de «alojar y suministrar primates para la investigación biomédica, la venta de muestras biológicas, la realización de estudios experimentales, la formación e incluso la conservación de dinero en efectivo», indica la plataforma. en su sitio web.

“Allí se producen muchos residuos, incluidos residuos de actividades sanitarias con riesgo infeccioso y cadáveres de animales”, debido a “la actividad de cría” y “a los protocolos experimentales realizados con los animales”, señala en su decisión, de enero 30, el tribunal. El centro de primatología gestionado por la Universidad de Estrasburgo, llamado Silabe (“Laboratorio Simio Europa”), instalado desde 1978 en un antiguo fuerte de Niederhausbergen (Bajo Rin), tiene “una autorización para verter sus aguas residuales en la red pública de saneamiento”. cerca de “una zona de captación de agua”, señala además la AT.

Además, incluso si el centro se beneficia de «un procedimiento de eliminación de residuos, su mera presencia puede tener efectos directos y significativos sobre el medio ambiente», considera el tribunal. Según ella, «el uso de animales con fines de experimentación científica, en particular para probar medicamentos y vacunas, puede provocar riesgos para el medio ambiente natural debido a accidentes de laboratorio».

Son tantos los elementos que deberían haber empujado a la prefecta del Bajo Rin, Josiane Chevalier, a organizar un procedimiento de consulta pública antes de tomar la decisión, como prevé el Código de Medio Ambiente, lo que no hizo, señala el tribunal que anuló el decreto de 6 de octubre de 2020. “Encarga al prefecto del Bajo Rin que reexamine la solicitud de renovación (de la autorización) después de la organización de un procedimiento de consulta al público (…) en un plazo de seis meses.

El centro, regularmente señalado por las asociaciones animalistas que exigen su cierre, tendrá que contentarse hasta entonces con “la gestión de su actualidad (…) velando por el bienestar de los primates sin proseguir con sus actividades”, ordena el TA. La asociación Pro Anima, que se había puesto en contacto con el TA, se congratuló de esta decisión “que obligará tanto a la Universidad de Estrasburgo como a las autoridades públicas a ser más transparentes”.